FISCALES
EN
COLOMBIA, LAS CONTRIBUCIONES obligatorias sobre la nómina —los llamados
parafiscales— financian dos entidades del Estado —el Instituto Colombiano de
Bienestar Familiar (ICBF) y el Servicio Nacional de Aprendizaje (Sena)— así como
un grupo de organizaciones privadas sin ánimo de lucro integrantes del sistema
de subsidio familiar, las Cajas de Compensación Familiar (CCF).
Estas tres entidades reciben el 9%
de todo pago de salario formal en el país. Con los recursos obtenidos, el ICBF
adelanta programas de bienestar social dirigidos a proteger la niñez y las
familias menos favorecidas, el Sena se encarga de la intermediación laboral y
de la formación para el trabajo y las CCF intermedian los subsidios directos a
través de entregas de dinero, bienes de primera necesidad, crédito, cursos de
capacitación y actividades recreativas para los trabajadores.
Estas contribuciones, implementadas
desde hace más de 20 años, entraron al debate público y electoral luego de que
el crecimiento económico que experimentó el país en la última década no lograra
reducir los niveles de desempleo. La persistencia de la informalidad y la
desocupación ha obligado a revisar la estructura del mercado laboral y los
sobrecostos a la nómina están bajo la lupa. La teoría es que éstos, al
encarecer la mano de obra, desincentivan la contratación formal y contribuyen a
que el país recueste en el largo plazo su estructura productiva en el capital
físico y no en el trabajo. La evidencia, sin embargo, no es clara con respecto
a la magnitud del efecto, ambigüedad que suscita controversias.
No obstante, más allá del número de
empleos formales que generaría la supresión de los parafiscales, el debate
obliga a revisar el propósito de estas contribuciones además de la justificación
de su monto y distribución. En sentido estricto, los parafiscales sólo tienen
sentido económico en la medida en que los recursos obtenidos sean destinados de
forma prioritaria o exclusiva a prestar servicios a las empresas aportantes y a
mejorar el bienestar de los trabajadores. Si el recaudo no cumple con ese fin o
tiene uno distinto, debería entonces suprimirse o reformularse evitando con
ello cargar innecesariamente el pago de nómina.
En este sentido, sólo el Sena
cumpliría estrictamente con los requisitos. El 2% sobre el salario que recibe
esta entidad contribuye a la instrucción técnica de la mano de obra en
beneficio tanto de empleados como de empleadores. No obstante, la consolidación
de los mercados ha hecho que el sector privado ofrezca servicios de
capacitación a precios muy semejantes y con igual o mejor calidad. Este hecho
obliga a revaluar el monto de los aportes y a revisar si todavía hoy se
requiere de un tal porcentaje.
En el caso del ICBF su importancia
es indiscutible. Sin embargo, sus beneficiarios no se reducen al sector laboral
y empresarial, sino que comprenden a toda la población. De aquí que sería
coherente mover su recaudo a un impuesto más universal, como el IVA por
ejemplo. Los subsidios directos, administrados por las CCF, tienen como
objetivo mejorar la calidad de vida de los trabajadores y, con ellos, de la
población en general. Estos beneficios —con el 4% sobre la nómina, esto es, el
doble de lo que recibe el Sena— no son, de nuevo, exclusivos del sector
laboral. Como gasto social, deberían incluirse en el Presupuesto General de la
Nación y competir en efectividad e importancia con otros programas. Es
fundamental que con los altos niveles de pobreza, Colombia priorice sus
recursos.
Cambios como éstos implicarían, por
supuesto, cierto malestar en varios grupos de interés. Esta presión se ha
sentido en el debate presidencial, en el que algunos candidatos han asumido
posiciones abiertamente contrarias a las de su equipo técnico. En cualquier
caso, presión o no, los sobrecostos laborales son un tema que se debe abordar.
No sólo por las posibles consecuencias positivas sobre la generación de empleo
formal sino también porque un sistema tributario más simple y coherente reduce
la posibilidad de abuso de recursos públicos por parte de privados
(1 May 2010) Colombia, el espectador recuperado de
https://www.elespectador.com/articulo201031-hacer-los-parafiscales
Comentarios
Publicar un comentario